Entrenamientos de rehabilitación kinésica
La rehabilitación kinésica engloba un amplio campo dentro de las ciencias de la salud y la rehabilitación física, el cual tiene como objetivo principal la recuperación de pacientes que han sufrido alguna lesión o enfermedad que les trae algún problema o inconveniente para desenvolverse de forma normal en el día a día, pues este tipo de tratamientos y terapias de rehabilitación se centra en problemas musculares, óseos y osteoarticulares, principalmente.
Del mismo modo, incluye el tratamiento de situaciones de discapacidad para ayudar a las personas a desenvolverse de manera independiente en el día a día y recuperar parte o, incluso, el total de la correcta funcionalidad de la zona afectada.
TIPOS DE ENTRENAMIENTO
● REHABILITACIÓN TRAUMATOLÓGICA
Este tipo de rehabilitación física está centrada en aquellos trastornos que afectan el sistema musculoesquelético, osteoarticular, muscular y funcional. Tiene por finalidad aliviar el dolor, reducir inflamaciones, recuperar la movilidad y funcionalidad de la zona afectada en el paciente, entre otros.
Dentro de las principales patologías que se tratan con este tipo de rehabilitación, se encuentran: tendinitis, esguinces, fracturas óseas y lesiones en la columna vertebral.
● REHABILITACIÓN RESPIRATORIA
También denominada Kinesiterapia Respiratoria, se refiere a una serie de procedimientos que se utilizan como apoyo complementario en el tratamiento de enfermedades respiratorias que involucren la función pulmonar. Asimismo, este tipo de rehabilitaciones se realizan tanto en niños como en adultos.
Incluye diversas maniobras manuales, posiciones, procedimientos y ejercicios respiratorios que ayudan a mejorar el intercambio gaseoso. Esto ayuda mucho a tratar patologías como el asma bronquial y la neumonía.
● REHABILITACIÓN NEUROLÓGICA
La rehabilitación neurológica trata a aquellas personas que padecen enfermedades neurológicas, como pueden ser los accidentes cerebrovasculares, lesiones medulares, traumatismos craneoencefálicos y algunas enfermedades como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Parkinson. Este tipo de tratamientos suele acompañarse de terapia ocupacional y de tratamiento fonoaudiológico.
EJERCICIOS
REHABILITACIÓN TRAUMATOLÓGICA
Existen diversos tratamientos y ejercicios traumatológicos para ayudar a los pacientes a recuperar la movilidad y el correcto funcionamiento de huesos, músculos y articulaciones. Entre ellos, se encuentran diversas técnicas manuales que se realizan directamente en la zona afectada y agentes físicos, como el ultrasonido, la electroterapia y la termoterapia.
REHABILITACIÓN RESPIRATORIA
Entre las técnicas respiratorias que se utilizan con mayor frecuencia, se encuentran las compresiones y vibraciones torácicas, asimismo, se llevan a cabo cambios de posiciones que favorecen la ventilación pulmonar y el drenaje de secreciones pulmonares. La finalidad es ayudar a la correcta ventilación pulmonar y disminuir la obstrucción respiratoria.
REHABILITACIÓN NEUROLÓGICA
Dentro de los ejercicios de rehabilitación neurológica, se encuentran los métodos clásicos, como son la movilización, cambio de posiciones, masajes y estiramiento muscular. Asimismo, existen métodos de facilitación neuromuscular y sensoriomotriz. En este tipo de rehabilitaciones, la hidroterapia ha obtenido muy buenos resultados.
Existen diversos tratamientos de rehabilitación kinésica que ayudan a los pacientes a mejorar o recuperar la funcionalidad de su organismo. De este modo, pacientes con alguna discapacidad o aquellos que han sufrido algún accidente, pueden mejorar su calidad de vida al acceder a un correcto tratamiento que les permita tratarse con la debida paciencia, constancia y cuidado que conlleva este tipo de tratamientos.
Desgarro muscular
El desgarro muscular es una de las lesiones más recurrentes que se dan entre quienes practican algún deporte.
La lesión muscular si bien se da entre deportistas profesionales, afecta con mayor frecuencia a quienes sólo practican actividades físicas en forma ocasional, por lo que resulta importante tener en cuenta qué hacer frente a este tipo de lesión.
QUÉ ES UN DESGARRO MUSCULAR
Cuando hablamos de desgarro nos referimos a la pérdida de continuidad del tejido muscular o de fibras musculares y que va desde sólo dolor localizado, hasta presencia de dolor agudo, acompañado de inflamación, equimosis (hematoma), impotencia funcional y deformación estructural.
El desgarro muscular lo podemos clasificar según su tamaño y las estructuras involucradas. Encontramos, por ejemplo, el desgarro miofacial, que sólo afecta la membrana que cubre el músculo y la fibrilar, que afecta la fibra muscular.
Esta lesión ocurre con mayor frecuencia en los denominados grandes grupos musculares (muslo, por ejemplo) pero dependerá de la actividad que lo desencadene. En el caso del fútbol, se afectan más frecuentemente los isquiotibiales y los cuadriceps, por el constante trabajo concéntrico y excéntrico que realiza el jugador, pero es una lesión que se puede presentar en varios deportes cuando no existe una buena preparación física y no ha existido un buen trabajo de calentamiento previo.
CÓMO SE PRODUCE EL DESGARRO MUSCULAR
El desgarro muscular se produce por mecanismos de contusión o de distensión. Habitualmente cuando se produce por contusión, es decir, por un golpe en la masa muscular, se provoca una rotura irregular en el músculo, el que puede darse en segmentos distintos y de diferentes tamaños. En este caso, los desgarros no pueden prevenirse porque se producen por hechos puntuales durante la práctica de deportes de contacto. Ahora bien, si se produce por distensión o tensión, que es conocido como el típico ‘tirón’ que da al correr, se presenta con mayor frecuencia en cuadriceps e isquiotibiales.
CÓMO PREVENIR EL DESGARRO MUSCULAR
La mejor forma de prevenir un desgarro muscular pasa por tener una buena condición atlética, un buen balance muscular y, por cierto, realizar un buen calentamiento antes de hacer ejercicio. Al finalizar, se deben dar los minutos suficientes a un buen trabajo de elongación. A eso se suma, además, una buena alimentación e hidratación necesaria. Para quienes realizan actividad física en forma permanente, un buen manejo de las cargas de entrenamiento es fundamental.
Cómo detectar un desgarro muscular
La mejor manera para determinar si se trata de un desgarro o una fuerte contractura es a través de una resonancia magnética, que permite distinguir los distintos grados de lesión del músculo. Aunque, también es muy utilizada la ecotomografía.
Cabe consignar que cuando se habla de contractura, no incluye rotura de fibras sino solamente de un acortamiento de éstas. También puede producirse edema, que es líquido alrededor de la zona dañada del músculo o de roturas fibrilares.
TRATAMIENTO
La recuperación del desgarro muscular dependerá de los plazos fisiológicos, que van desde una etapa hemorrágica, pasando por una fase inflamatoria, reparativa y de remodelación. Se comienza con reposo relativo, uso de analgésicos y relajantes musculares.
En la etapa de kinesiterapia se utilizarán técnicas de fisioterapia para acelerar la recuperación, además de realizar actividades progresivas que apunten a recuperar lo antes posible las propiedades físicas y funcionales de la persona sin comprometer la buena reparación de los tejidos dañados.
RETORNO
Los plazos de retorno a la actividad dependerán, a juicio del profesional, de la magnitud de la lesión y que pueden ir de 10 días, en el caso de un desgarro miofacial leve, a 8 semanas producto de un desgarro grave.
La recidiva de los desgarros musculares es probable si no se consiguen las propiedades elásticas después de generada la cicatriz y si no se logra un buen balance muscular.